
Preparando el lienzo: antes de la ruta
El arte de caminar
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El arte de caminar
Te damos la bienvenida al “Arte de caminar”, un itinerario sonoro de artes y salud por los caminos de Montjuïc. Te proponemos una experiencia para disfrutar sin prisas de la naturaleza y el arte que te permitirá conectar con el entorno y mejorar tu bienestar.
La pintura, la escultura, la fotografía, la literatura y la música te acompañarán en este recorrido por la montaña que rodea al MNAC. Un museo que se abre en todas direcciones, esparciendo los colores, las formas y las texturas de sus obras en cada flor, árbol o paisaje que encontrarás a lo largo del camino.
Viajarás también al pasado, a través de la colección de fotografía del museo y de filmaciones antiguas que preserva la Filmoteca de Catalunya. Si quieres, tú también podrás convertirte en artista, sacar la cámara (o el móvil) y seguir las sugerencias fotográficas que te daremos para capturar la luz y los colores de la montaña.
La herramienta que te guiará es esta aplicación web que estás consultando. Encontrarás los contenidos de cada tramo de la ruta y unos iconos con indicaciones para orientarte, sugerencias fotográficas y de ampliación de contenidos. Es importante que te familiarices con ellos para sacarle todo el jugo a la actividad.
También te daremos varias indicaciones y consejos de salud preparados por profesionales sanitarios del Instituto Catalán de la Salud específicamente para “El arte de caminar”, y que se centran en el ejercicio, la relajación, la nutrición, la concentración, el disfrute, la atención plena o la respiración, así como en propuestas de estiramientos musculares y de higiene postural.
La ruta comienza en el MNAC y te propone un primer tramo hasta los jardines de Mossèn Cinto Verdaguer. Si quieres seguir caminando, o retomar la ruta otro día, hemos preparado un segundo tramo hasta la cima de Montjuïc, donde se encuentra el Castillo de Montjuïc. También te sugerimos que la realices en las diferentes estaciones del año, para admirar las pinceladas de colores que va dejando la naturaleza sobre el paisaje y que suelen quedar ocultas en la ciudad.
Déjate llevar. Este es un momento solo para ti, para respirar, para pasear y para sentir los pasos como un metrónomo, como un ritmo, como un latido.
¿Cómo llegar?
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¿Cómo llegar?
La ruta comienza en las escaleras que hay frente al Museu Nacional d’Art de Catalunya, en Montjuïc.
Puedes llegar a la plaza de Espanya utilizando la línea 1 o la línea 3 del metro o los Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya. Cuando salgas de la estación, sigue por la avenida de la Reina Maria Cristina, pasando por la Fuente Mágica y las cuatro barras, hasta llegar a lo más alto. En casi todo el tramo hay escaleras mecánicas para facilitar la subida.
Mapa

Antes de empezar
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Antes de empezar
Fotoprotección:
– Aplícate una generosa cantidad de crema solar en la cara, las orejas, el cuello, la nuca y, en definitiva, en todas aquellas partes de tu cuerpo que estén descubiertas.
– Aplica en tus labios una barra labial con protección.
– Ponte gafas de sol.
– Ponte un sombrero o gorra (recuerda que, cuanta más ala tenga, más te protegerá). De esta manera, no solo te protegerá la piel de la cara, sino también la de la nuca, el cuello y el escote).
Recuerda que en días nublados o de lluvia también hay que protegerse del sol. Es muy importante seguir estos consejos de fotoprotección para evitar las odiadas quemaduras en la piel y, en definitiva, evitarle a nuestra piel todo el daño solar posible. Acumular daño solar es factor de riesgo para el desarrollo de cánceres de piel, arrugas y manchas solares.
Alimentación saludable:
¿Has desayunado bien? ¡Espero que sí! A continuación, te daremos unas ideas de desayunos saludables para preparar en casa antes de empezar el día:
– Una tostada integral con queso fresco
– Un yogur con fresas y copos de avena
– Una tostada integral con rúcula y tomate
– Una manzana con crema de cacahuete
¿Lo prefieres para llevar? Pues aquí tienes algunas ideas de snacks saludables:
– Plátano y frutos secos
– Palitos integrales bajos en sal
– Bocadillito integral con escalivada y atún natural
– Palitos vegetales y hummus
Un puñadito de nueces
Bocadillito integral con hummus, tomate y canónigos
Esto son solo algunas ideas, a partir de aquí… ¡creatividad al poder!
Hidratación:
¿Bebes suficiente agua? Recuerda que la bebida principal tiene que ser agua, lleva siempre encima una botella cuando salgas a pasear. Durante el trayecto, ves dando sorbitos aunque no tengas sed. Si el agua te parece aburrida, aquí tienes algunos trucos:
– Infusiones calientes o frías
– Saborizar el agua con trocitos de fruta: arándanos y frambuesas, limón o naranja, etc.
– Caldo vegetal (¡para calentarnos en invierno!)
Ropa y calzado:
Recuerda llevar ropa cómoda y un calzado adecuado. No des grandes paseos el día que estrenes un calzado nuevo, ya que te puede provocar llagas. Recuerda utilizar los complementos adecuados para la época del año:
– Gorra o sombrero si hace sol
– Impermeable si hay nubes o puede llover
– Guantes, gorro y otra ropa de abrigo si hace frío
Botiquín:
• Esparadrapo
• Tiritas
• Bendas de entre 5 y 10 cm
• Apósitos
• Puntos de sutura (steri-strip)
• Gasas
• Guantes
• Clorhexidina o alcohol
• Suero fisiológico (mono dosis)
• Tijeras
• Repelente de insectos y producto para picaduras
• Azúcar
• Pomada para golpes (Trombocid)
• Paracetamol
Qué hacer si me mareo:
En primer lugar, agarrarse antes de caer al suelo, si es posible tumbarse con las piernas elevadas en un ángulo de 45 grados y con la cabeza hacia un lado por si se vomita. Aflojar la ropa (cinturones, corbatas, bufandas…) para respirar mejor. Evitar que se agrupen demasiadas personas alrededor. Mantener la posición tumbada con las piernas a 45 grados durante 15 minutos, y si te sientas, es mejor incorporarse poco a poco. Los mareos por lo general son causados por bajadas de tensión. Para mejorar el mareo una vez semi incorporados se debe beber agua, así se reponen líquidos en el cuerpo y la tensión aumenta. Si la sensación de mareo no mejora, se debe acudir al centro de salud para que un profesional lo valore.
Primeros auxilios si te haces daño:
En el momento de hacerse daño, si hay una lesión abierta, lo primero que hay que hacer es limpiar muy bien la herida, si es posible con agua (a chorro) y jabón y después desinfectarla con algún antiséptico (povidona yodada) o la clorhexidina. Si hay mucho sangrado, se hace compresión con una gasa limpia hasta que deje de sangrar. Una vez cortada la hemorragia, se tapa para evitar que se infecte y, en todo caso, si es profunda o si hay dudas, mejor que sea valorada por un profesional de la salud.
En cualquier caso está bien tener la vacuna del tétano al día
Punto de inicio en el MNAC: El museo expandido
El museo expandido
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El museo expandido
Ahora mismo te encuentras en las gradas exteriores del Palau Nacional, sede del Museu Nacional d’Art de Catalunya.
Tanto si ya has entrado como si todavía no lo has hecho, el MNAC es un museo infinito con una interminable capacidad para sorprenderte.
Por ejemplo, lo que escuchas ahora es parte de “OVAL”, un proyecto del artista Fito Conesa que hizo revivir el órgano de la Sala Oval a partir de grabaciones digitales amplificadas por los tubos y que contó con la colaboración de la cantante Maria Arnal. El órgano fue en su día el mayor de Europa, pero actualmente está pendiente de una gran restauración y ya no suena.
Frente al Palau, puedes contemplar la avenida de la Reina Maria Cristina, un paseo monumental construido para la Exposición Internacional de 1929. La Fuente Mágica de Carles Buïgas todavía despierta la admiración de medio mundo con su espectáculo de agua, luces y colores.
La Exposición de 1929 transformó enormemente la montaña de Montjuïc, la urbanizó y la conectó con la ciudad. Su aspecto actual y los parques y caminos que recorreremos a partir de ahora son de este momento histórico. Gracias a la vanguardia tecnológica y arquitectónica, se erigieron edificios modernos e innovadores, manantiales de agua espectaculares y más de 100 obeliscos iluminados con luz eléctrica, que hicieron de la avenida de la Reina Maria Cristina, que llega hasta a la plaza de España, un espacio único. Una ciudad que miraba al futuro a través de la tecnología y las artes, ya que el tema de la Exposición suponía un fascinante avance: la electricidad.
A partir de ahora, empezamos a pasear, siguiendo el ritmo de los pasos y las palabras, los sonidos y los olores… Nos adentraremos por caminos y jardines, por colores y texturas, por poemas y cuentos, por paisajes y horizontes…
Para prepararte y empezar la ruta, escucha el clip de salud 1, “Prepara el cuerpo”, y también puedes escuchar la primera sugerencia fotográfica. A continuación, para llegar al primer tramo de la ruta, escucha el clip de audio de orientación.



y bienestar
fotográficas
contenido
Del MNAC a los jardines de Laribal
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Del MNAC a los jardines de Laribal
Nos dirigimos a los jardines de Laribal. Estás en las escaleras del mirador del MNAC, con la ciudad a tus pies. Dirígete a la derecha hacia la avenida dels Montanyans. Antes de girar hacia la derecha en la carretera que encontrarás, no dudes en echar un vistazo a las fantásticas vistas de la ciudad desde el mirador.
Cuando llegues a la avenida, cruza por el paso de peatones y atraviesa la pequeña plaza con bancos y rodeada de árboles.
Baja las escaleras que encontrarás al final a la izquierda y, en la carretera, a la derecha, verás el Museu Etnològic.
Dirígete hacia allí por el paso de peatones, sube unos 20 metros y encontrarás la señalización de la entrada a los jardines de Laribal, donde se encuentra la rosaleda de la Colla de l’Arròs.
Mapa

Preparemos el cuerpo
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Preparemos el cuerpo
Preparemos el cuerpo para esta aventura!
Haz rotaciones suaves con los hombros hacia adelante y hacia atrás.
Mueve la cabeza suavemente a derecha e izquierda.
Mueve la cabeza suavemente adelante y atrás.
Junta los dedos de ambas manos, entrelaza los dedos entre sí y haz movimientos suaves con las muñecas en una dirección y otra.
Con las piernas un poco separadas, pon las manos en las caderas y haz giros suaves con la cintura hacia la derecha. Cambia el sentido y ve hacia la izquierda.
Junta las piernas, apoya las manos en las rodillas y, sin que estas se separen, ve haciendo círculos con tus piernas hacia la derecha. Después haz los giros hacia la izquierda.
Lleva el peso de tu cuerpo al pie izquierdo. Con el pie derecho, toca el suelo con la punta del pie y, después, con el talón. Cuando termines, repite el procedimiento con el otro pie.
La fotografía, el arte de observar
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La fotografía, el arte de observar
En este itinerario de “El arte de caminar” ¡también podrás disfrutar del arte de la fotografía mientras lo practicas! A lo largo de la ruta te iremos dando pequeñas sugerencias fotográficas para que puedas experimentar con tu cámara (o el móvil) ¡y ser tú también un artista!
Paisajes naturales, esculturas y monumentos históricos, árboles de mil formas y flores de mil colores, junto con las mejores vistas de la ciudad, son el marco perfecto para lanzarte a hacer fotografías o perfeccionarlas.
La fotografía son muchas cosas y se utiliza para muchas más. Pero en este itinerario nos ayudará a tener un momento de calma y será la herramienta que nos facilite observar nuestro alrededor. Nos permitirá dirigir la mirada atenta, maravillarnos con el mundo que nos rodea y con todas aquellas cosas a las que hace referencia Mercè Rodoreda cuando escribía que “las cosas importantes son las que no lo parecen”.
El arte de la fotografía es más que clicar un botón. Hay que entrenar la mirada y observar los paisajes en constante movimiento, decidir qué se quiere fotografiar, cómo, pero, sobre todo, por qué. La fotografía empieza a nacer cuando miras a tu alrededor y lo sientes.
Para hacer fotografías nos hace falta una cámara fotográfica. Deben conocerse aspectos técnicos como la óptica, el diafragma, el obturador o la sensibilidad. Pero, hoy en día, las cámaras automáticas y los teléfonos móviles facilitan mucho el hecho de poder hacer fotografías e ir aprendiendo poco a poco todos los elementos técnicos. Por eso, estos consejos están pensados para realizar fotografías con el móvil.
Pero, para empezar, vamos a darte unos consejos iniciales muy básicos a tener en cuenta a la hora de hacer fotografías:
– Limpia la óptica de la cámara: por esta pequeña obertura entra la luz que creará la fotografía; cuanto más limpia y clara pueda entrar la luz, mejor. Es muy fácil que la óptica de la cámara del móvil se ensucie, sobre todo por las huellas de los dedos al tenerlo en las manos. Puedes limpiar la óptica con un trapo suave y seco, liso o de microfibra. Si no tienes, puedes limpiar la óptica utilizando una camiseta de algodón realizando suaves movimientos circulares.
– Evita hacer fotografías a contraluz: si tienes el sol de cara, los objetos que estás fotografiando quedarán oscurecidos y pueden aparecer aberraciones lumínicas en la imagen. Siempre que puedas, has de tener la fuente de luz (en este caso, el sol) a tu espalda o en un lateral.
– La luz del día tiene una importancia clave en el resultado de la fotografía; dependiendo de si hace un sol radiante o si el día está nublado, las fotos tendrán un resultado diferente, las texturas, las sombras y la temperatura de la luz cambiarán.
– Las mejores horas para hacer fotos son temprano por la mañana o hacia el anochecer. La luz del mediodía puede provocar un contraste muy alto entre luces y sombras, aunque también se puede utilizar como punto fuerte si artísticamente se buscan grandes contrastes de luz.
Desde el mirador del MNAC tienes una panorámica impresionante hasta el Tibidabo, ¡una imagen que vale la pena capturar! O también puedes empezar con pequeños detalles de las esculturas que tienes a tu alrededor. En los diferentes tramos de la ruta te iremos dando pequeños consejos y técnicas. Pero recuerda: una vez se dominan las diferentes técnicas, ¡un buen artista las rompe!







1o tramo: La simetría en la Naturaleza. Jardins de Laribal
Jardines de Laribal. De la rosaleda de la Colla de l’Arròs a la Font de la Ceràmica
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Jardines de Laribal. De la rosaleda de la Colla de l’Arròs a la Font de la Ceràmica
Perfilando por la derecha el Museu Etnològic, nos adentramos en los primeros jardines de la ruta: los Jardines de Laribal, un rincón de Montjuïc extenso, bello y lleno de armonía, fuentes naturales y celebraciones populares.
Justo donde estamos ahora puedes contemplar la rosaleda en la que se reunía, a finales del siglo XIX y principios del XX, la Societat Gastronòmica i Política de la Colla de l’Arròs. De hecho, en los terrenos que ocupa el actual Museu Etnològic se alzaba el ahora desaparecido pabellón Balaguer, construido en 1917 por Puig i Cadafalch y llamado así en honor a Víctor Balaguer, escritor, periodista, político y una de las principales figuras de la Renaixença, además de miembro destacado de la Colla de l’Arròs.
En general, en las numerosas fuentes de Montjuïc se agrupaban las clases populares para celebrar fechas señaladas, como la verbena de San Juan o el entierro de la sardina para finalizar el Carnaval. También para disfrutar de un domingo de ocio en torno al agua, una tradición ancestral y que en el caso de Montjuïc venía de lejos, de cuando la montaña era un conjunto de tierras de cultivo, masías y ermitas.
Las jiras, que es el nombre que recibían estos tradicionales encuentros, se popularizaron todavía más durante el auge industrial de la ciudad. Montjuïc era un oasis de tranquilidad en tiempos convulsos. Una oportunidad de contacto con la naturaleza y un espacio para compartir con otras personas momentos de ocio acompañados de buena comida, música y risas.
Hoy en día, el jardín sigue siendo un espacio tranquilo y de descanso por el que pasear y perderse en sus rincones, en soledad o en compañía. Un refugio del ruido de la ciudad desde el que sentir el latido del tiempo y regalarse un momento de pausa. En Barcelona tenemos esta montaña de jardines que es Montjuïc. Así pues, paseemos por entre estos rosales y contemplemos su estallido de verde y de color.
Dejamos atrás la rosaleda y la pérgola, y llegaremos a la Font de Ceràmica diseñada por Josep Llorens Artigas en los jardines de Laribal, que llevan el nombre del propietario del terreno al que el Ayuntamiento se lo compró en 1908 con el objetivo de embellecer la montaña para la Exposición Internacional.
Los jardines, diseñados por el paisajista francés Jean Claude Nicolas Forestier con la ayuda de Nicolau Maria Rubió i Tudurí, fueron construidos entre 1916 y 1919 por encargo de Josep Cambó. Incorporaron un estilo paisajístico de raíz mediterránea que bebe tanto de la tradición clásica como del mundo árabe.
En los distintos espacios del recinto también puedes encontrar varias esculturas que adornan el espacio, unas obras que dialogan perfectamente con la tranquilidad y la calma del entorno.
– Mira: En este punto puedes escuchar el audio de sugerencia fotográfica y practicar tomando fotografías en la Font de la Ceràmica.
– Escucha: Siéntate en uno de los bancos que rodean la fuente y escucha el suave murmullo del agua que mana de la fuente o el canto vivo de los pájaros.
Jardines de Laribal. De la Font del Gat a las cascadas del Generalife
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Jardines de Laribal. De la Font del Gat a las cascadas del Generalife
Continue towards the path you will see next to the building on the right. Go straight on with the Ceramic Fountain to your back. Then climb the stairs on the right until you reach what is perhaps the best-known fountain in Montjuïc (with apologies to the Magic Fountain!): the Font del Gat or Cat Fountain.
This work by Josep Antoni Homs is next to a Neo-Moorish style building by Josep Puig i Cadafalch. Sculpted inside a pumice stone arch, the fountain has the shape of a cat’s head and hence its name. It is a cool space because it faces north, which makes it very popular in summer. There is even a traditional Catalan song that refers to it. You’ve probably heard it… “Going down from the Cat Fountain, a girl…” Sound familiar?
Leaving this emblematic space, turn right and climb the stairs until you reach the path. Once at the top, you will see the cattle trough. Turn left and keep walking until you come to the Generalife Fountains, with stairways on either side. These stairs were proposed by Forestier inspired by the Generalife and Los Cármenes gardens in Granada. You will see a series of overlapping terraces that bridge the difference in level and connect the Laribal Gardens with Ramon Reventós’ Greek Theatre. There are narrow paths, ponds, benches to rest on, a pergola decorated with flowers, etc. You’ll find it all in this corner of the mountain that exudes calm accompanied by the gentle sound of the water.
Climb the stairs and once at the top you will find yourself at one end of the pergola, a good place to stop and listen to the health tips audio clip.
Next, to go to the Sculpture Garden and activate the orientation audio clip.




y bienestar
fotográficas
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Del jardín de Laribal al jardín de las esculturas
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Del jardín de Laribal al jardín de las esculturas
Para llegar al Jardín de las esculturas dirígete al centro de las pérgolas y verás una escalera con un árbol justo en medio de la escalinata.
Súbelas y, una vez arriba, dirígete hacia la izquierda, donde encontrarás la escultura “Repòs” de Josep Viladomat. El edificio de enfrente es la Fundació Joan Miró; si pasas por detrás del edificio, llegarás al jardín de las Esculturas.
Mapa

Ejercicio de relajación
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Ejercicio de relajación
Cuando llegues a la pérgola, busca uno de los bancos en la sombra, ponte cómodo y observa la naturaleza con la ciudad de fondo. Luego, cierra los ojos un momento.
Siente tu peso acomodado sobre tus pies. Deja que los sonidos de la naturaleza lleguen a ti sin forzar. No lo juzgues, no intentes cambiar nada, simplemente observa. Después, suavemente, lleva la atención a tu respiración. Cuenta “uno” cuando inhales, “dos” cuando exhales, “tres” cuando inhales, “cuatro” cuando exhales… hasta llegar al número diez. Cuando hayas llegado, abre suavemente los ojos. ¿Cómo notas tu cuerpo? ¿Está igual que cuando has empezado esta breve meditación? De nuevo, no lo juzgues, solo observa si ha habido algún cambio y observa también si no lo ha habido, ambas cosas están bien.
Encuadre
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Encuadre
Estos frondosos jardines son un espacio único para jugar con la cámara, fotografiar todas las cosas que hay y todas las cosas que pasan. Observa los inmensos árboles o los pequeños animales escondidos tras las hojas o en los estanques de agua. Mira todos los mundos que se esconden, mira desde otra perspectiva. Como decía el fotoperiodista Robert Capa, “si una fotografía no es suficientemente buena, es porque no te has acercado lo suficiente”.
En este tramo de la ruta conoceremos la importancia de la composición, la disposición de los elementos en una imagen, cómo están colocados. Es uno de los momentos más creativos del proceso, como cuando un pintor decide cómo ordena los elementos en un cuadro o un músico qué notas y ritmo utilizará. Puedes ayudarte de la simetría para crear imágenes agradables y bellas. Las líneas rectas y el encuadre frontal te darán sensaciones estáticas y las líneas curvas y diagonales, sensación de movimiento.
Cuando encuadres a través del visor o la pantalla, tienes que decidir qué elementos saldrán. Es tan importante decidir qué sale como lo que se obvia: si sale todo el jardín o solo una parte, qué elementos serán los principales y cuáles los secundarios, y cómo se tienen que resaltar.
En este punto puedes practicar la regla de los tercios, una regla básica que nos será muy útil para ordenar los elementos de la imagen: dos líneas horizontales y dos verticales dividen la imagen en nueve partes iguales y nos sirven de cuadrícula para poder colocar los elementos de la fotografía. En los cuatro puntos de intersección llamados “puntos fuertes” se colocan los elementos de atención principales y así se crea una imagen equilibrada y simétrica (normalmente, en todos los teléfonos móviles se puede activar la cuadrícula en el apartado de configuración).






ITINERARI MONTJUÏC JARDINS
2o tramo: Cambio de perspectivas. Jardín de las Esculturas
Jardín de las Esculturas
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Jardín de las Esculturas
Llegamos, por la parte posterior del edificio de la Fundació Joan Miró, al jardín de las Escultures, un anexo creado en 1990 y reconstruido en 2002.
La Fundació Joan Miró fue creada por el propio artista en 1975, y es un espacio cultural de referencia de su obra y de la creación contemporánea. Este edificio es un diálogo entre Miró y su amigo y arquitecto Josep Lluís Sert, que diseñó un edificio en el que la luz y la naturaleza entran y forman parte del propio museo. También en la obra de Miró, la luz, el color y las formas de la naturaleza son un tema recurrente y fuente de inspiración.
Ahora y aquí, a nosotros, el arte, la arquitectura y la naturaleza nos ayudan a desconectar y a conectar. El arte nos da herramientas para expresar emociones y pensamientos, ver el mundo desde otra perspectiva o simplemente dejarnos llevar por el disfrute de la belleza.
En este jardín de esculturas podemos ver cómo la naturaleza ha inspirado también a algunos artistas a crear y preguntarse sobre su relación con el mundo. El artista y museógrafo Lluís Alabern, por ejemplo, ha reflexionado sobre uno de los pilares fundamentales que soportan su vida: su impulso de recorrer y dibujar los caminos sin rumbo.
En su libro Breviario de un viejo corredor, de Ediciones Siruela, nos explica:
Thoreau, en su tratado Caminar (1861), comenta: “A medida que el hombre envejece aumenta su disposición para la inmovilidad y las ocupaciones caseras. El corredor de caminos anciano rompe con ese postulado tan humano, vuelve al estado salvaje que lo obliga a estar siempre alerta, siempre moviéndose. Se adentra en el camino que no conoce para llegar al lugar desconocido. Cuando quiero relajarme, busco el bosque más oscuro, o el pantano que, a ojos de mis conciudadanos, resulta más impenetrable y lúgubre. Camino por allí como por un lugar sagrado; un sanctasanctórum. Allí está la fuerza, la médula de la naturaleza, concluye Thoreau. Trotar adentrándose en el bosque pone en funcionamiento los resortes de la atención. Nos conecta de nuevo con la naturaleza. Solo si dibujamos sin rumbo, solo si nos adentramos en un paseo invernal, la densa vegetación de lo desconocido, el dibujo nos llevará a un nuevo sitio.”
Por todo el jardín encontramos piezas de arte contemporáneo de varios autores, puedes encontrar el listado* en el apartado de “Más contenido”. Sin embargo, en el centro predomina la escultura del Manelic de Josep Montserrat, el protagonista de la obra teatral “Terra baixa”, el clásico del teatro catalán escrito por Àngel Guimerà.
La obra es una tragedia romántica y un drama realista en la que el simbolismo y la naturaleza tienen un papel primordial. También es muy representativa del contexto de la Barcelona de finales del siglo XIX, cuando los conflictos sociales y la lucha de clases también se vivieron intensamente en el barrio del Poble-sec y en Montjuïc.
“… Quan de cop sento fressa i trepig, i fent un bot com un diable, el llop me passa per sobre flairant fort, que la vaig sentir al coll la seva bufera, i els cabells se’m posaren de punta, i aquí dintre uns cops més forts que m’ofegaven!… Tot d’una, a la jaça quins udols i lladrucs i belar esgarrifós de les ovelles. I jo quina ràbia a mi mateix per no haver-lo envestit, el lloparro! I no sé com va ser, que em planto al mig del camí per a on havia de passar el lloparro… I a l’entornar-se’n la bestiassa amb l’ovella al morro, s’entrebanca amb mi, i jo amb ell, i m’hi abraono, i li clavo tota aquesta fulla endintre. I ell corrent o rodolant rostos avall, i jo amb ell; arrapats l’un a l’altre; mossegant-lo jo an ell i ell a mi, i udolant los dos, més que ell jo cent vegades, com dues feres salvatgines.”
Damos un salto temporal y geográfico y de Guimerà pasamos a Dante Alighieri, el gran poeta italiano del siglo XIII. ¿Te has imaginado alguna vez cómo sería la entrada al Infierno? Si te diriges hacia la puerta de salida, encontrarás una interpretación contemporánea del artista Jaume Plensa que se titula Dell’arte, y hace referencia al acceso al Infierno de la Divina comedia. Es una pieza que puede pasar desapercibida. ¡Que no se te escape!
Y es que el arte puede calmar, emocionar, remover, sorprender o hacernos imaginar nuevos mundos: de paraísos perdidos a infiernos horribles pasando por futuros distópicos o nuevas formas de encarar los retos a los que debemos enfrentarnos…
– Mira: Observa desde otra perspectiva siguiendo las sugerencias fotográficas.
– Escucha: Un jardín de esculturas puede parecer un espacio silencioso, pero, si prestas atención, podrás oír el mundo que las rodea, siempre en constante movimiento.
Antes de continuar hacia el siguiente tramo de la ruta, en este gran espacio puedes estirar distintas partes del cuerpo, escuchando el clip de audio de salud.
Y después, para seguir la ruta, activa el audio de orientación.



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Del jardín de las Esculturas a los jardines de Mossèn Cinto Verdaguer
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Del jardín de las Esculturas a los jardines de Mossèn Cinto Verdaguer
Saliendo del jardín de las Esculturas llegamos a la transitada avenida de Miramar.
Gira a la izquierda y sigue la avenida hasta encontrar la estación del funicular. Una vez enfrente, cruza el paso de peatones que encontrarás.
Continúa por la misma acera a la izquierda y sube a la derecha hacia la calle de los Tarongers. A unos 50 metros encontrarás la puerta principal de los jardines de Mossèn Cinto Verdaguer.
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Estiramientos corporales
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Estiramientos corporales
Puede ser que en este punto notes el cuerpo un poco tenso, así que te propongo una serie de ejercicios para liberar tensiones. Ahora que te encuentras en la plaza de esculturas, busca un espacio tranquilo. Tal vez en las escaleras por las que has llegado, en los bancos que hay en el lateral o junto al árbol que puedes ver al lado del edificio de la Fundación, cualquier lugar que elijas estará bien. Ve a tu ritmo, no fuerces y haz hasta donde tu cuerpo pueda. Recuerda siempre realizar movimientos suaves.
¡Vamos!
Abre y cierra los dedos de las manos ampliamente. Cuando lo hayas hecho unas cuantas veces, agita las manos hacia abajo, como si te quisieses expulsar algo que te haya quedado en las manos.
Pasa la mano derecha sobre tu cabeza y llévala hacia la nuca. Ahora lleva la mano izquierda a la zona lumbar. Los movimientos han de ser suaves, sin forzar, no importa donde llegues, solo queremos dejar ir el cuerpo y liberar si hay alguna molestia. Después, hazlo al revés: la mano izquierda va a buscar la nuca, y la mano derecha, la zona lumbar. Repite el ejercicio varias veces; no buscamos rapidez, sino hacer el movimiento amplio, fluido, sin hacernos daño.
Apoya el peso sobre tu pie izquierdo y sube la rodilla derecha. De nuevo, no se trata de forzar el cuerpo ni de perder el equilibrio, solo queremos dar un poco de movilidad a las piernas. Después apoya el peso en el pie derecho y sube la rodilla izquierda. Repítelo varias veces.
Sin mover el cuerpo, gira tu cabeza como si quisieses mirar por encima del hombro derecho. Con suavidad y consciencia, gira la cabeza como si quisieses mirar por encima del hombro izquierdo. Es muy importante hacer muy lentamente este movimiento para evitar mareos.
Mientras lo haces, quiero que sientas cómo se estira la musculatura del cuello hacia donde llevas la mirada.
Una vez estirado el cuerpo, te invito a beber un poco de agua para tener una correcta hidratación antes de seguir con la ruta.
Perspectiva
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Perspectiva
Ahora que ya hemos trabajado el encuadre, también debes tener en cuenta la perspectiva a la hora de crear la imagen. La perspectiva es tanto la relación de los objetos entre sí como también la dirección y posición desde donde se toma la fotografía.
Habitualmente, hacemos fotografías con el punto de vista al nivel de nuestros ojos. Es normal, es desde donde vemos el mundo. Pero atrévete a cambiar tu perspectiva a la hora de tomar fotografías… ¡y en la vida! Esto ayuda ver las cosas como quizá no las habías visto antes. Toma la fotografía a ras de tierra o desde lo alto de una escalinata mirando hacia abajo. Muévete, busca ángulos diferentes, ¡ya verás cómo las imágenes serán mucho más creativas!
El punto de vista “picado” es cuando la cámara está situada más arriba del elemento fotografiado y el “contrapicado” es todo lo contrario, cuando está a un nivel inferior.


Fragmento de “Breviario de un Viejo corredor” de Lluís Alabern
Thoreau, en su tratado Caminar (1861), comenta: “A medida que el hombre envejece aumenta su disposición para la inmovilidad y las ocupaciones caseras. El corredor de caminos anciano rompe con ese postulado tan humano, vuelve al estado salvaje que lo obliga a estar siempre alerta, siempre moviéndose. Se adentra en el camino que no conoce para llegar al lugar desconocido. Cuando quiero relajarme, busco el bosque más oscuro, o el pantano que, a ojos de mis conciudadanos, resulta más impenetrable y lúgubre. Camino por allí como por un lugar sagrado; un sanctasanctórum. Allí está la fuerza, la médula de la naturaleza, concluye Thoreau. Trotar adentrándose en el bosque pone en funcionamiento los resortes de la atención. Nos conecta de nuevo con la naturaleza. Solo si dibujamos sin rumbo, solo si nos adentramos en un paseo invernal, la densa vegetación de lo desconocido, el dibujo nos llevará a un nuevo sitio.”
3o tramo: ¡El estallido del color! Jardines de Mossèn Cinto Verdaguer
Jardines de Mossèn Cinto Verdaguer
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Jardines de Mossèn Cinto Verdaguer
Estamos en la entrada de una pequeña joya de Barcelona, una fiesta para los sentidos: los jardines de Mossèn Cinto Verdaguer. Es uno de los lugares con más calma y belleza de la ciudad y no siempre del todo conocido. Un oasis rebosante de árboles y vegetación, pero, sobre todo, de flores bulbosas y acuáticas de colores intensos y vivos.
El jardín se construyó en 1970, junto con los jardines de Mossèn Costa i Llobera y los de Joan Maragall, los tres en Montjuïc y los tres dedicados a poetas catalanes.
Jacint Verdaguer, mosén Cinto, fue una de las figuras primordiales de la Renaixença y gozó de un enorme apoyo popular a lo largo de su extraordinaria vida. Observador de la naturaleza y gran conocedor de cada montaña, pájaro, flor o árbol, para él los poemas son como las flores, y así nos habla de ello:
“Sou, oh flors,
joguines dels àngels,
promesa del cel,
record del paradís perdut,
penyora del paradís que ens espera,
símbol i imatge de l’ànima pura”.
Y así ve la primavera:
“Los núvols se’n van,
lo cel s’asserena.
la neu s’aprima en bocins,
I en la vessant la congesta.
Les muntanyes i turons lo vestit d’hivern se lleven,
posant-se’l de set i verd tot gemmat de perles.
Sentint en lo Mas, cantar l’oreneta,
En son coixí de verdor la prímula se desvetlla.”
Pero, aparte de sus grandes obras como Canigó o L’Atlántida, Jacint Verdaguer también describió la montaña de Montjuïc en su poema A Barcelona:
I al veure que traus sempre rocam de ses entranyes
Per tos Casals, que creixen com arbres amb saó,
Apar que diga a l’ona i al cel i a les muntanyes:
“Mirau-la; os de mos ossos, s’és feta gran com jo!”
Sube las escaleras hasta la cima del jardín disfrutando de cada rincón. Sigue con la mirada las trazas del tiempo encarnadas en las hiedras que definen los escalones, acaricia con los dedos la corteza de los árboles, son como mapas en relieve de su historia, una piel áspera pero cálida. Magnolias, chopos, eucaliptos, cipreses o acacias de Japón nos acompañan en este paseo…
En la parte central del jardín encontramos la colección de plantas bulbosas; algunas las podrás ver todo el año, pero otras solo florecen en las dos grandes épocas de floración: de marzo a abril y de finales de julio hasta principios de septiembre. ¡Una buena razón para volver a disfrutar de “El arte de caminar” durante estos meses!
Caminamos hacia la parte alta del parque por las escaleras de la derecha y, cuando lleguemos a la cima, encontraremos una pequeña balsa con un puente de madera de inspiración japonesa que esconde muchos secretos.
Para continuar el recorrido activa el clip de audio 6.
Nenúfares
Transcripción
Nenúfares
Estás en la parte más espectacular del parque. Una treintena de lavaderos conectados por pequeñas cascadas en las que crecen plantas acuáticas de una belleza exuberante. ¡Y los protagonistas indiscutibles son sus magníficos nenúfares! Todo un espectáculo de colores y formas que flotan y viven al ritmo del agua.
Acércate y fíjate en cada pétalo, hoja y remolino. ¿Ves algo más? En estas balsas también viven diferentes colonias de anfibios. Busca a los pequeños animales ocultos entre las flores, escucha el agua refrescante que cae suavemente de los lavaderos. Y si te apetece captar el estallido de colores de los nenúfares, te recomendamos que escuches las sugerencias de fotografía.
A los pies de la escalinata de las balsas llegarás al gran estanque del jardín, un espacio de reposo para disfrutar con la compañía de un buen libro o sencillamente para oír los sonidos de la naturaleza contemplando el movimiento suave de las hojas de los árboles al compás de los ritmos del viento.
– Mira: Embriágate de amarillos, verdes, morados y azules observando los nenúfares, y captura este estallido de colores escuchando las sugerencias fotográficas.
– Escucha: Escucha como el agua de las balsas crea una música alegre y vibrante junto con el zumbido de las libélulas.
Si quieres seguir disfrutando de este momento y de este jardín, escucha el clip de audio de salud.
Y, para terminar, busca un rincón agradable y relájate, queremos ofrecerte un bonito regalo. Déjate llevar por las palabras de la escritora Marta Orriols en este relato corto creado especialmente para ti a partir de la vida del jardín de Mossèn Cinto Verdaguer:
Nenúfars
L’associació és fàcil enmig de les basses de nenúfars: rodejar-se de bellesa per encobrir tot allò que no va bé. Exposar una experiència immediata de la naturalesa quan la veritat agafaj780 la textura trèmula d’una convulsió. Potser sóc jo, em dic. Potser són aquests dies de canícula i l’amenaça comuna des de múltiples fronts que vaig normalitzant, potser és que en aquest racó de món i en aquest punt del dia i del calendari, allunyada de l’estretor de la rutina, i les limitacions de les circumstàncies, la bellesa doblega sota un pes excessiu. Ho penso clavant la vista en els estams escandalosos dels nenúfars blancs i tot recordant inevitablement, la sèrie de nenúfars pintats per Monet a partir de 1914. Mentre ell plantava el cavallet davant d’un estanc al jardí de casa seva i es disposava a pintar l’exuberància dels nenúfars, la Primera Guerra Mundial esclatava al seu voltant. Un món de pau dins un món de guerra. El desig irrenunciable de voler estar en qualsevol altre lloc quan la realitat esdevé temible i esgotadora i que aquest altre lloc sigui casa.
Val a dir, a tall personal, que la bellesa dels nenúfars, els de Monet i els de veritat sempre m’ha semblat que amaga alguna cosa cruel, que conté una mena d’indiferència cap a tots aquells que no aconseguim la lluminositat absoluta que irradien aquestes nimfees flotants. Els meus ulls els interpreten des de petita com una mena de coreografia sincronitzada, com si fossin ballarines aquàtiques, fent rotllanes i figures tot movent les cames i braços amb moviments estilitzats i segurs. A les ballarines aquàtiques i als nenúfars d’arreu els envejo la força, la resistència i la flexibilitat. Els envejo aquesta bellesa innata. Sembla que existeixen per a la perfecció i per a ser admirats, com l’amor quan encara és només desig. Havia de sortir l’amor, és clar. Com s’evita l’amor, com se’n fuig? M’enorgulleixo sovint de pensar que els meus sentiments són genuïns, però només cal que baixi els esglaons de l’escala, amb el so mínim del rierol d’aigua de de fons, topi de cara amb nenúfars i tot d’una prengui consciència que d’autèntic, això que em passa, no en té res.
A aquestes alçades, jo ja hauria de tenir clar el relat de la meva vida però encara sóc allà mateix, en aquell encreuament de camins. Ningú va dir que seria fàcil. I és que en qualsevol relat edificant que ens expliquem a nosaltres mateixos, fins i tot en un mirat en perspectiva, l’amor hi juga un paper important. D’ell en sé només algunes coses, ell de mi encara unes coses menys. Domesticar el desig amb aquestes mesures mínimes, només amb la decoració que mostrem públicament tots dos en aquesta nova manera de relacionar-nos, sembla prou fàcil. Per ara som dos nenúfars que ratllen la perfecció surant en aigües baixes, presumint de la millor versió que ens podem oferir l’un a l’altra. El problema vindrà quan, a mesura que el temps ens acosti, que el temps exigeixi saber més de mi, més de tu, es disparin les preguntes que ens faran baixar a tots dos cap les profunditats, fins allà on les arrels, fràgils i llargues, s’entortolliguen amb el passat de cadascú. Allà sota haurem de batallar amb colònies d’amfibis que hi són des de sempre, criatures sàvies que saben camuflar-se i saltar lluny quan volen estar soles.
Intento treure-li fusta i dir-me que al capdavall l’amor no ho és tot a la vida d’algú, però una veu s’afanya a recordar-me que potser ho serà tot en la vida d’algú altre. Ho veieu? Comences mirant uns nenúfars edulcorats de tanta bellesa i acabes perdent el control del teu destí.
¡Y aquí termina la primera parte de la ruta! Si lo prefieres, puedes realizar la segunda parte de la ruta otro día, pero si quieres seguir paseando nos dirigiremos a los jardines de Joan Brossa, donde hablaremos de sonidos, volúmenes y texturas…
Si te animas a continuar hacia el siguiente tramo de la ruta, escucha el clip de audio de orientación.




y bienestar
fotográficas
contenido
De los jardines de Mossèn Cinto Verdaguer a los jardines de Joan Brossa
Transcripción
De los jardines de Mossèn Cinto Verdaguer a los jardines de Joan Brossa
Bajando por las balsas de las plantas acuáticas, se llega al pequeño estanque del jardín.
Justo enfrente encontrarás la otra puerta de salida del parque. Cruza la calle de los Tarongers por el paso de peatones y entra en los jardines de Joan Brossa.
Mapa

Sensaciones
Transcripción
Sensaciones
Mientras recorres el paisaje verde de los Jardines de Mossèn Cinto Verdaguer quiero que lleves tu atención a la presión que ejercen tus pies sobre el suelo.
Nota si te apoyas de manera asimétrica en uno y en el otro, o quizá apoyas el peso por igual en ambos pies. De nuevo, no queremos juzgar ni cambiar nada, solo queremos observar lo que hay. ¿Cómo notas el suelo? ¿Es regular? ¿Es irregular? ¿Hay hojas? ¿Es húmedo? ¿Es seco? Concéntrate en estas sensaciones. Recuerda que estás dando un paseo y debes disfrutar del espacio y la naturaleza, no corras, no fuerces el cuerpo. Ve haciendo paradas y admirando el contraste de colores que ofrece la naturaleza en contacto con la luzo.
Lleva tu atención a las sensaciones sobre tu piel. ¿Notas si hay brisa? ¿Quizá hace viento? ¿Es un día lluvioso y las gotas caen sobre tu cara? ¿Hay humedad? ¿O, al contrario, es un día seco? Fíjate en todo esto, de nuevo, sin querer cambiarlo, aceptando el día y su meteorología tal como son.
Ahora quiero que te fijes en si notas algún olor especial; deja que los olores vengan a ti, sin forzarlo, sin esforzarte demasiado, llevando una atención suave a tu nariz.
La magia del color
Transcripción
La magia del color
En este punto de la ruta podremos captar con nuestra cámara la explosión y riqueza de colores y texturas que nos ofrece la naturaleza con las flores bulbosas, las plantas acuosas, los pequeños arroyos de agua de los estanques o los magníficos árboles que encontramos en los Jardines de Mossèn Cinto Verdaguer.
Para tomar fotografías muy de cerca y capturar pequeños insectos o la textura de las flores, puedes activar la opción “Macro” o “Supermacro” de tu móvil (icono flor). Hoy en día, casi todos los teléfonos tienen esta opción. Con este modo podrás acercarte muchísimo, hasta 2 o 3 cm, y capturar imágenes muy nítidas.
En muchos dispositivos se puede ajustar el punto de enfoque tocando directamente en la pantalla y centrando la parte de la imagen que más te interesa enfocar.
Los pétalos de las flores son de colores muy intensos y resaltan muy bien con el fondo verde de hojas y tallos. En este caso, aprovecha la contraluz de los rayos de sol en los pétalos (que la luz llegue por detrás de los pétalos) y verás como los colores son más luminosos y serán como pinceladas de luz en las flores.
En este espacio también puedes jugar con los reflejos del agua. Tanto en los estanques de nenúfares como en el lago central del jardín, se pueden buscar simetrías y reflejos. Si hace un día soleado el brillo de los rayos de sol en el agua puede dar un toque muy creativo a tus imágenes.




Nenúfares
de Marta Orriols
Nenúfares
de Marta Orriols
La asociación es fácil en medio de los estanques de nenúfares: rodearse de belleza para encubrir todo aquello que no va bien. Exponer una experiencia inmediata de la naturaleza cuando la verdad coge la textura trémula de una convulsión. Quizá soy yo, me digo. Quizá son estos días de canícula y la amenaza común desde múltiples frentes que voy normalizando, quizá es que en este rincón del mundo y en este punto del día y del calendario, alejada de la estrechez de la rutina y las limitaciones de las circunstancias, la belleza se dobla bajo un peso excesivo. Lo pienso clavando la vista en los estambres escandalosos de los nenúfares blancos, recordando inevitablemente la serie de nenúfares pintados por Monet a partir de 1914. Mientras él plantaba el caballete delante de un estanque en el jardín de su casa y se disponía a pintar la exuberancia de los nenúfares, la Primera Guerra Mundial estallaba a su alrededor. Un mundo de paz dentro de un mundo de guerra. El deseo irrenunciable de querer estar en cualquier otro lado cuando la realidad deviene temible y agotadora y que este otro lugar sea casa.
Cabe decir, a título personal, que siempre me ha parecido que la belleza de los nenúfares, los de Monet y los de verdad, esconde algo cruel, que contiene una especie de indiferencia hacia todos aquellos que no conseguimos la luminosidad absoluta que irradian estas ninfas flotantes. Mis ojos los interpretan, desde pequeña, como una especie de coreografía sincronizada, como si fuesen bailarinas acuáticas, haciendo círculos y figuras moviendo las piernas y los brazos con movimientos estilizados y seguros. A las bailarinas acuáticas y a los nenúfares de todas partes les envidio la fuerza, la resistencia y la flexibilidad. Les envidio esta belleza innata. Parece que existen para la perfección y para ser admirados, como el amor cuando todavía no es más que un deseo. Tenía que salir el amor, claro. ¿Cómo se evita, el amor? ¿Cómo se huye de él? Me enorgullezco a menudo de pensar que mis sentimientos son genuinos, pero solo hace falta que baje los peldaños de la escalera, con el sonido mínimo del arroyo de fondo, tope de cara con nenúfares y de pronto tome conciencia de que no es para nada auténtico esto que me sucede.
A estas alturas, yo ya tendría que tener claro el relato de mi vida, pero aún estoy ahí mismo, en ese cruce de caminos. Nadie dijo que sería fácil. Y es que en cualquier relato edificante que nos explicamos a nosotros mismos, incluso en uno mirado con perspectiva, el amor juega un papel importante. De él solo sé algunas cosas; él, de mí, aún unas cosas menos. Domesticar el deseo con estas medidas mínimas, solo con la decoración que mostramos públicamente los dos en esta nueva forma de relacionarnos, parece bastante fácil. Por ahora somos dos nenúfares que rozan la perfección flotando en aguas bajas, presumiendo de la mejor versión que nos podemos ofrecer el uno a la otra. El problema vendrá cuando, a medida que el tiempo nos acerque, que el tiempo exija saber más de mí, más de ti, se disparen las preguntas que nos harán descender a los dos hacia las profundidades, hasta ese punto en el que las raíces, frágiles y largas, se enredan con el pasado de cada uno. Allá abajo tendremos que batallar con colonias de anfibios que están ahí desde siempre, criaturas sabias que saben camuflarse y saltar lejos cuando quieren estar solas.
Intento quitarle hierro y me digo que, al fin y al cabo, el amor no lo es todo en la vida de alguien, pero una voz se afana en recordarme que quizá lo será en la vida de otro. ¿Lo veis? Empiezas mirando unos nenúfares edulcorados de tanta belleza y acabas perdiendo el control de tu destino.
4o tramo: Sonidos, volúmenes y texturas en el tiempo. Jardines de Joan Brossa
Jardines de Joan Brossa
Transcripción
Jardines de Joan Brossa
Nos encontramos en los jardines de Joan Brossa, bautizados en honor a otro poeta, en este caso, un polifacético creador enamorado de los juegos de palabras y que fue un referente de la vanguardia artística catalana.
Hoy en día es un lugar tranquilo y de ocio en la naturaleza con vegetación mediterránea de aspecto natural con aires silvestres que realmente nos puede dar la sensación de estar en un bosque, lejos del trasiego de la ciudad. Pero, en el pasado, este lado de la montaña estaba lleno de música y luces, espectáculos, atracciones y risas para todos, ya que era el espacio donde antiguamente estaba el parque de atracciones de Montjuïc.
Inaugurado en 1966, no fue el primer parque de atracciones de la montaña, ¡de hecho, fue el tercero! En la década de los años treinta del siglo pasado, en este mismo lugar se construyó el Maricel Park, y durante la Exposición de 1929 se construyó otro provisional en la antigua cantera de la Foixarda.
La inauguración del parque de atracciones revolucionó el ocio de la ciudad. Atracciones trepidantes, un tablao flamenco, restaurantes con forma de ballena…, incluso una discoteca, la Lord Black, que en los años setenta vivió la eclosión de la psicodelia y el pop y fue innovadora gracias a una instalación revolucionaria entonces con luces de colores que se sincronizaban con la música.
Y es que la música se convirtió en un motor para poder divertirse en una época de represión y contención. En el parque actuaron artistas como Joan Manuel Serrat, Lola Flores, Peret o Los Tarantos, y humoristas como Gila o Eugenio. El parque fue un referente de diversión hasta su cierre en 1998.
Pero por todo el espacio encontramos todavía restos de ese parque que hizo soñar a Barcelona. Y si nos paramos a escuchar, quizá todavía podamos oír los ecos de esos sonidos que marcaron a tantas generaciones, como si fueran diferentes texturas que se superponen en el tiempo.
– Mira: Te proponemos perderte por sus caminos y buscar las antiguas esculturas que adornaban el parque. Ten los ojos bien abiertos y estate atento, ya que quizás puedes encontrar alguna sorpresa más por el camino, ¡como un hotel para insectos o cojines musicales! Si los encuentras, ¡salta encima y escucha los sonidos! Quizá por el jardín también encuentres unas letras enormes escondidas. Son un poema visual de Joan Brossa, el mago de la palabra, como también se lo conoce.
– Escucha: En esta parte de la montaña se pueden encontrar muchos pájaros que llenan el parque de sonidos, ¿oyes alguno? O también puedes oír el suave rumor del viento entre los árboles.
Si investigas en el icono de “Más contenido”, podrás encontrar el enlace a la Fundació Joan Brossa. También puedes realizar las actividades de salud y fotografía escuchando los clips de audio de este tramo.
Antes de abandonar el parque, busca un lugar tranquilo para escuchar el texto de Marta Orriols dedicado a este jardín:
Jardines de Joan Brossa
Hay sentimientos que no quedan escritos en ningún lugar, que, mientras se forman, crean una ilusión parecida a la de construir castillos en el aire. No pasa siempre, no pasa en cualquier sitio. Pero pasa aquí y ahora. Pasa en medio del silencio y la distancia reposada. Puede que sea solo una ilusión generada por las vistas de la gran ciudad de fondo que se convierte en un zumbido que contiene el nervio de las horas punta o el recogimiento previo a la noche oscura, pero, en cualquier caso, las vistas parecen pertenecer a otra realidad y no a la de este momento efímero de intimidad. Escribe Olivia Laing en La ciudad solitaria: “Empecé a darme cuenta de que la soledad era un territorio muy poblado: una ciudad por derecho propio”. Paseo entre esculturas que no son más que el recuerdo de lo que había sido antes este lugar, punto de ocio que aún se respira con pequeñas pinceladas de familias aquí y allá. Yo me he acostumbrado a ir sola por el mundo. Me gusta, o quizá es una afirmación que necesito decirme a mí misma. Creérmela, también. Uno puede sentirse solo en cualquier lugar, pero en la zona alta de esta montaña, a medio camino entre un parque forestal y un jardín de ciudad donde algunos rincones son un auténtico bosque, el aislamiento te empuja a evitar pensamientos sombríos; quizá es el contraste del rumor lejano y el silencio presente que acompaña e instiga a una soledad compartida con los otros, también con aquellos otros que ya no están.
De hecho, fuiste tú quien me explicó que los árboles tienen memoria y que pueden incluso almacenar información durante décadas. La explicación tenía el hechizo de un cuento y el regusto de una conquista de juventud y, sin embargo, fue lo suficientemente convincente como para arrancarme una sonrisa y conseguir mi atención. En el fondo, en aquel tiempo, pocas palabras nos podían definir mejor que esta: jóvenes. No me gustaba cómo sonaba entonces, aún no me gusta cómo suena ahora. Me pasa a menudo con las palabras que agrupan a demasiada gente en una sola categoría. Pero éramos jóvenes, sí, y mucho. Adoptaste una pose más seria para aclararme que los árboles se comunican a través de las raíces, y que no lo hacen igual con los árboles que son de su mismo clan —con quienes comparten información sobre la calidad del suelo, del agua y del aire— que con el resto de vegetación, a la que solo alertan de los peligros. Recuerdo que aquello me cautivó. Es muy poderosa, la sensación de saber que no somos los únicos con cosas por hacer y decir sobre este planeta, que los árboles están aquí, entre otras cosas, para iluminar nuestra condición humana.
No querría ser un riesgo, así que me adentro por un camino asilvestrado rodeada de alfombras de gramíneas con cautela, sigilosa, lejos de representar ningún peligro. Reconozco que los árboles son inconfundibles. Soy una de esas personas que ha pasado los veranos de su infancia rodeada de bosque: pinos, encinas, margallón. Yo, que anhelo el mar y la sal pero que he jugado con troncos y tierra, que me he vestido los dedos de las manos con la cúpula de las bellotas, que he coleccionado piñas y guijarros del río. Acaricio la corteza encostrada y me pregunto qué guardará ella de mi gesto, de mí. Me pregunto de qué manera me retendrá en su memoria, qué detalles, qué impresiones. Tiene lugar, entonces, uno de aquellos sentimientos que no se pueden escribir en ningún lado, y está bien que sea así.
Para seguir hasta el siguiente tramo de la ruta, escucha el clip de audio de orientación.




y bienestar
fotográficas
contenido
De los jardines de Joan Brossa al mirador de l’alcalde
Transcripción
De los jardines de Joan Brossa al mirador de l’alcalde
Para dirigirte al siguiente tramo de la ruta, el Mirador del Alcalde, debes salir de los jardines de Joan Brossa por alguna de las salidas superiores del jardín para llegar a la carretera de Montjuïc.
Cuando estés allí, tienes que ir hacia el Mirador del Alcalde. Sube aproximadamente unos 50 metros por la carretera y cruza por el paso de peatones para llegar al mirador.
Mapa

Atención plena
Transcripción
Atención plena
Si todavía quieres disfrutar más de este momento te invito a que lleves tu atención a tu entorno, aquí y ahora, al momento presente.
Fíjate en la gente que tienes a tu alrededor, fíjate en la naturaleza que te rodea, fíjate en las nubes en el cielo y el recorrido que hacen, fíjate en tus manos, tu cintura, tus piernas, tus pies. Por unos instantes, conéctate al momento presente: deja ir los pensamientos, no te distraigas con el móvil. Centra tu atención en un punto concreto que te llame la atención por su color, forma, intensidad, movimiento, etc. Todo está bien, no importa lo que ha pasado hasta ahora, no importa lo que pasará a partir de ahora. Céntrate en el momento que estás viviendo. Disfrútalo, vívelo, es único, no va a repetirse. Quédate un rato disfrutando de tu momento.
Los paisajes de la montaña
Transcripción
Los paisajes de la montaña
Del primer plano a las preciosas flores de los Jardines de Joan Brossa llegamos a las grandes panorámicas. Paseando por la montaña te habrás dado cuenta de los fantásticos paisajes que ofrece Montjuïc. Para capturarlos, sigue las siguientes recomendaciones:
Las fotografías de paisajes se realizan normalmente con la cámara en horizontal, para poder abarcar un ángulo mayor, sobre todo, si tienes una línea de horizonte, aunque también puedes hacer las fotografías en vertical si los elementos que aparecen tienen líneas verticales, como, por ejemplo, los árboles o líneas diagonales, que ayudan a dar dinamismo a la imagen.
La óptica a utilizar para capturar un gran paisaje es una apertura normal o angular. Pero vigila si utilizas un gran angular, porque, si es muy abierto, deforma los laterales de la imagen.
Casi todos los teléfonos móviles tienen el zoom óptico muy limitado y utilizan el zoom digital. Nunca lo utilices, restará calidad a la imagen.
Nuestros ojos son capaces de percibir detalles y equilibrar los contrastes de luz, pero tu cámara no puede. En este caso, puedes activar en el menú la opción HDR, que ayudará a que las fotos con un alto contraste estén más equilibradas y no aparezcan zonas muy oscuras o zonas “quemadas” con demasiada luz.
A veces no hace falta que salgan muchos elementos en la imagen. Menos es más.
Aunque sea fotografía de paisaje, ten presente qué quieres transmitir, qué sensación o ideas quieres plasmar en tu fotografía. Esto te ayudará a decidir cómo será la imagen y qué elementos aparecerán en ella.



Imágenes antiguas Parque de atracciones (Filmoteca)
Transcripción
Jardines de Joan Brossa
de Marta Orriols
There are feelings that are not written anywhere. While they are formed they create an illusion similar to that of throwing fictions into the air. It doesn’t always happen, it doesn’t happen everywhere. But it happens here and now. It happens in the midst of silence and restful distance. Perhaps it is only an illusion generated by the views of the big city in the background. It becomes a hum that contains the nerve of rush hour or the gathering up before the dark night, but in any case the views seem to belong to another reality and not to this ephemeral moment of intimacy. In The Lonely City: Olivia Laing writes, “I began to realize that solitude was a very populated territory: a city in its own right.” I walk among sculptures that are the memory of what this place used to be, a place of leisure that still breathes with little splashes of families here and there. I’ve become used to going around the world alone. I like it, or perhaps it’s something I need to affirm to myself. Believe me, too: one can feel lonely anywhere, but high on this mountain, halfway between a forest park and a city garden, where some corners are a true forest, the isolation drives you to avoid gloomy thoughts. Perhaps it is the contrast of the distant rush and the present silence that accompanies and instigates a loneliness shared with others, even with others who are no longer there. In fact, it was you who explained to me that trees have memory and that they can even store information for decades. The explanation had the charm of a fairy tale and the aftertaste of a youthful conquest, and yet it was convincing enough to make me smile and capture my attention. Basically, at that time, few words could define us better than this: young people. I didn’t like the way it sounded then, and I still don’t like the way it sounds now. It happens to me often with words that lump too many people under one category.
Jardines de Joan Brossa
de Marta Orriols
Hay sentimientos que no quedan escritos en ningún lugar, que, mientras se forman, crean una ilusión parecida a la de construir castillos en el aire. No pasa siempre, no pasa en cualquier sitio. Pero pasa aquí y ahora. Pasa en medio del silencio y la distancia reposada. Puede que sea solo una ilusión generada por las vistas de la gran ciudad de fondo que se convierte en un zumbido que contiene el nervio de las horas punta o el recogimiento previo a la noche oscura, pero, en cualquier caso, las vistas parecen pertenecer a otra realidad y no a la de este momento efímero de intimidad. Escribe Olivia Laing en La ciudad solitaria: “Empecé a darme cuenta de que la soledad era un territorio muy poblado: una ciudad por derecho propio”. Paseo entre esculturas que no son más que el recuerdo de lo que había sido antes este lugar, punto de ocio que aún se respira con pequeñas pinceladas de familias aquí y allá. Yo me he acostumbrado a ir sola por el mundo. Me gusta, o quizá es una afirmación que necesito decirme a mí misma. Creérmela, también. Uno puede sentirse solo en cualquier lugar, pero en la zona alta de esta montaña, a medio camino entre un parque forestal y un jardín de ciudad donde algunos rincones son un auténtico bosque, el aislamiento te empuja a evitar pensamientos sombríos; quizá es el contraste del rumor lejano y el silencio presente que acompaña e instiga a una soledad compartida con los otros, también con aquellos otros que ya no están.
De hecho, fuiste tú quien me explicó que los árboles tienen memoria y que pueden incluso almacenar información durante décadas. La explicación tenía el hechizo de un cuento y el regusto de una conquista de juventud y, sin embargo, fue lo suficientemente convincente como para arrancarme una sonrisa y conseguir mi atención. En el fondo, en aquel tiempo, pocas palabras nos podían definir mejor que esta: jóvenes. No me gustaba cómo sonaba entonces, aún no me gusta cómo suena ahora. Me pasa a menudo con las palabras que agrupan a demasiada gente en una sola categoría. Pero éramos jóvenes, sí, y mucho. Adoptaste una pose más seria para aclararme que los árboles se comunican a través de las raíces, y que no lo hacen igual con los árboles que son de su mismo clan —con quienes comparten información sobre la calidad del suelo, del agua y del aire— que con el resto de vegetación, a la que solo alertan de los peligros. Recuerdo que aquello me cautivó. Es muy poderosa, la sensación de saber que no somos los únicos con cosas por hacer y decir sobre este planeta, que los árboles están aquí, entre otras cosas, para iluminar nuestra condición humana.
No querría ser un riesgo, así que me adentro por un camino asilvestrado rodeada de alfombras de gramíneas con cautela, sigilosa, lejos de representar ningún peligro. Reconozco que los árboles son inconfundibles. Soy una de esas personas que ha pasado los veranos de su infancia rodeada de bosque: pinos, encinas, margallón. Yo, que anhelo el mar y la sal pero que he jugado con troncos y tierra, que me he vestido los dedos de las manos con la cúpula de las bellotas, que he coleccionado piñas y guijarros del río. Acaricio la corteza encostrada y me pregunto qué guardará ella de mi gesto, de mí. Me pregunto de qué manera me retendrá en su memoria, qué detalles, qué impresiones. Tiene lugar, entonces, uno de aquellos sentimientos que no se pueden escribir en ningún lado, y está bien que sea así.
5o tramo: Pinceladas en la tierra y en el mar. Mirador del alcalde
Mirador del alcalde
Transcripción
Mirador del alcalde
Ya nos vamos acercando a la cima de Montjuïc. Una montaña que ha visto nacer —y que, gracias a sus canteras, literalmente ha hecho crecer— a la ciudad de Barcelona.
Estás en el Mirador del Alcalde, un espacio que fue construido en los años sesenta del siglo pasado como parte del plan de reurbanización de la montaña, junto al Museo Militar del Castillo de Montjuïc y el parque de atracciones.
Cuando hayas entrado en la zona del mirador, detente y mira al suelo. Lo que ves es un fantástico pavimento del artista Joan-Josep Tharrats que cubre todo el espacio del mirador. Si te fijas bien, es una obra con miles de detalles. Tharrats utilizó todo tipo de materiales, como guijarros, piedras, filamentos de metales de maquinaria, tornillos, adoquines, culos de botella, ladrillos… Todos ellos dibujan, como pinceladas, diferentes patrones de colores cálidos para crear una pieza de collage similar a una pintura impresionista. Es como andar sobre un cuadro…
Ahora, poco a poco, levanta la mirada para ver el espectáculo de la naturaleza. Cada paso que das te acerca a nuestro mar, el Mediterráneo, donde todos los azules del cielo y del mar brillan para llenarte de luz la mirada. Y su horizonte aparece como un trazo fino y delicado, una línea clara e infinita.
El mar siempre ha sido una fuente de inspiración para imaginar historias, leyendas y mitos. Como la historia de amor de Madama Butterfly y la eterna espera de la protagonista, con los ojos fijados en la línea del horizonte, aguardando a alguien que nunca llegará. En esta aria que estás escuchando, puedes percibir la melancolía de la esperanza que se va deshaciendo con el paso de los años.
O de historias de viajeros eternos como Ulises, buscando su Ítaca particular, inmortalizada en la epopeya de Homero, en el poema de Kavafis y en la música de Lluís Llach:
“Quan surts per fer el viatge cap a Ítaca,
has de pregar que el camí sigui llarg,
ple d’aventures, ple de coneixences.”
Todo camino, toda ruta, es un viaje. Ya sea por tierra, mar o aire. Es una oportunidad para descubrir nuevos horizontes y paisajes, reales o imaginarios, para entender, al final, que todo camino, todo viaje, es un camino hacia uno mismo:
“Ítaca t’ha donat el bell viatge.
Sense ella no hauries pas sortit cap a fer-lo.
Res més no té que et pugui ja donar.
I si la trobes pobra, no és que Ítaca t’hagi enganyat.
Savi com bé t’has fet, amb tanta experiència,
ja hauras pogut comprendre què volen dir les Ítaques.”
Continuamos la caminata hacia lo alto del mirador. Este espacio está dividido en varias terrazas superpuestas, conectadas por diferentes caminos, cascadas y árboles con formas tentadoras.
Por cierto, la fuente central es del mismo creador de la Fuente Mágica, Carles Buïgas.
– Mira: La gran panorámica del mirador es un sitio increíble para observar y sentir la inmensidad del mar.
– Escucha: El ruido del puerto de Barcelona nos recuerda que es uno de los más importantes del Mediterráneo.
Es momento de pasear por el mirador hasta llegar a la parte superior, donde encontrarás una plazoleta. Cuando estés allí, escucha el clip de audio de salud para terminar con las fantásticas vistas del mar Mediterráneo.
Para seguir hasta el último tramo de la ruta, escucha el clip de audio de orientación.




y bienestar
fotográficas
contenido
Del Mirador del alcalde al Castell de Montjuïc
Transcripción
Del Mirador del alcalde al Castell de Montjuïc
Dirígete a la parte más alta del mirador, donde hay un camino rodeado de pinos. Al cabo de unos metros, verás unas escaleras a la derecha, síguelas para llegar a la cima de la montaña y terminar la ruta en el Castell de Montjuïc.
Mapa

Ejercicios para liberar tensiones
Transcripción
Ejercicios para liberar tensiones
Después de pasear por los Jardines de Joan Brossa y, puede que incluso después de jugar con las almohadas musicales, empiezas a sentir el cuerpo cansado, es normal. Te propongo unos ejercicios sencillos para que vuelva la energía y, a la vez, liberes tensiones. Recuerda que debes dejar de hacer de inmediato cualquier movimiento que te duela o te provoque molestias físicas.
Cuando inhales, levanta los brazos por encima de la cabeza y, al exhalar, deja ir los brazos al lado del cuerpo, libéralos, déjate llevar como si fueses una muñeca de trapo. Repite el ejercicio unas cuantas veces.
Con los brazos al lado del cuerpo, déjalos como muertos y lleva el hombro derecho en rotación hacia atrás, girando la cintura. Notarás como el hombro izquierdo va hacia delante; al mismo tiempo, deja que los brazos se muevan a su ritmo, de nuevo, como si fueses una muñeca de trapo. Recuerda que lo que buscamos es liberar tensiones, ya hace un rato que llevas la mochila puesta y quizá notas un poco de cansancio.
Da saltitos levantando los dos pies del suelo a la vez. No hace falta que sean de gran altura, simplemente queremos que las piernas se relajen un poco y, a la vez, se activen.
Apoya el peso delante de tu pie izquierdo y sacude la pierna derecha. Después, cambia de lado: apoya el peso sobre tu pie derecho y sacude la pierna izquierda. Si eres una persona que nota la circulación pesada o tienes varices, notarás un gran alivio haciendo este ejercicio.
Horizonte
Transcripción
Horizonte
En la fotografía de paisaje, el horizonte es un elemento recurrente, como una fina línea cuando miramos hacia el mar o como una línea escarpada en las montañas. Para poder crear imágenes donde esta línea tenga fuerza compositiva, es aconsejable seguir la regla del horizonte.
Cuando estés encuadrando la imagen, tanto si es horizontal como vertical, imagínate dos líneas horizontales paralelas dividiendo la imagen en tres partes iguales. Coloca la línea del horizonte en una de estas dos líneas dependiendo del elemento que quieras realzar: el cielo o la tierra, el mar o las montañas.
También es importante mantener la línea del horizonte completamente recta para hacer una buena fotografía; si queda ligeramente descompensada, puede desequilibrar la imagen, aunque, en algunos casos, se puede buscar expresamente el efecto del horizonte desequilibrado para una imagen más creativa.



Un bel dì vedremo
6o tramo: Línea y punto. Cumbre y Castillo de Montjuïc
Línea y punto
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Línea y punto
¡Estamos llegando al final! Que no es otro que la cima de la montaña de Montjuïc y su castillo.
Con más de 300 años de historia, la fortaleza es protagonista de algunos de los episodios más importantes, y también oscuros, de la ciudad.
En su origen era un faro, documentado ya en el siglo XI, que permitía avisar de la llegada de naves hostiles, mediante un sistema de velas de día y de fuegos de noche. Posteriormente, en el siglo xvii, y con la Guerra dels Segadors como trasfondo, se establece un pequeño fortín para defender Barcelona.
Sin embargo, la gran ampliación, que lo transformó tal como lo conocemos hoy en día, fue la reforma del ingeniero militar Juan Martín Cermeño tras la guerra de Sucesión española en el siglo xviii. Una reforma que acabó de perfilar la estructura que ves ahora mismo con las distintas líneas rectas, baluartes, fosos y troneras.
Este castillo, en el siglo XIX, se utilizó para bombardear la ciudad y se convirtió en un espacio de represión de un incipiente movimiento obrero. A finales de este mismo siglo fue protagonista del proceso militar de Montjuïc, que se instruyó tras el atentado contra la procesión del Corpus, el 7 de junio de 1896. El proceso represalió a más de 400 personas y despertó una fuerte contestación interna e internacional por la falta de garantías jurídicas.
A principios del siglo XX, este lugar seguía siendo testigo de los cambios sociales y políticos de la época. Durante la convulsa Semana Trágica de 1909, en la importantísima huelga de La Canadenca en 1919 o durante la Guerra Civil, la leyenda negra siguió ampliándose con usos penitenciarios y ejecuciones, como las del pedagogo Francesc Ferrer i Guàrdia o la del presidente de la Generalitat Lluís Companys. El castillo fue prisión durante toda la dictadura franquista hasta los años sesenta del siglo xx.
A partir de 1963, se remodeló y abrió como museo militar, pero es en 2008 cuando el edificio es restituido a la ciudad. Se convierte a partir de entonces en un espacio patrimonial y de memoria vivo, que mira al futuro y que acoge una programación cultural diversa y al servicio de toda la ciudadanía.
– Mira: La grandiosa fortaleza surgida de la misma piedra de Montjuïc, un espacio patrimonial lleno de memoria.
– Escucha: Los pasos que recorren la cima de Montjuïc, los tuyos o los de todas aquellas personas que caminan para practicar deporte y salud o que disfrutan de la montaña y su gran patrimonio natural y cultural.



y bienestar
fotográficas
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Camino cubierto y bajada de la montaña
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Camino cubierto y bajada de la montaña
Puedes terminar la ruta paseando por todo el camino cubierto de castillo, basta con seguir el camino de tierra que puedes encontrar por todo su perímetro. Es un recorrido circular.
Para bajar de la montaña en transporte público puedes utilizar el autobús 150, encontrarás la parada justo al bajar las escaleras antes de llegar al castillo.
También puedes tomar el teleférico y disfrutar de una de las mejores panorámicas desde el cielo de Barcelona.
Mapa

Para terminar
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Para terminar
Cuando acabes la visita, quiero que busques un punto en el que te encuentres cómodo/a. Puede ser de pie o sentado/da. Cuando hayas encontrado este lugar, cierra los ojos. Lleva de nuevo tu atención a la respiración y repetiremos el ejercicio de antes, donde hemos contado respiraciones. Cuenta “uno” cuando inhales, “dos” cuando exhales, “tres” cuando inhales, “cuatro” cuando exhales… hasta llegar al número diez. Cuando llegues al diez, vuelve a empezar con el uno y haz otra ronda.
Cuando termines, lleva la atención al centro de tu pecho. Visualiza una bola de luz dorada que nace desde el centro de tu pecho y, poco a poco, se hace cada vez más grande. La luz dorada cubre tu cuerpo y sale más allá de él. Ilumina y cubre las personas con las que estás, el espacio en el que te encuentras, Montjuïc, Barcelona, Catalunya, Europa… hasta iluminar el mundo entero. Nota como estás dentro de esta luz, es una luz mágica que deshace preocupaciones y te permite estar en paz. Poco a poco se va haciendo más pequeña y volviendo hacia ti, hasta convertirse en una lucecita en el centro de tu pecho, generando gratitud por todas las experiencias que has vivido hoy.
Agradece todo lo que ha pasado y también lo que no ha pasado. Agradece a tu cuerpo haberte llevado hasta aquí y haber podido sentir todas las emociones del día de hoy, tanto las que han sido positivas como las negativas.
Con una amplia sonrisa, abre los ojos y llévate esta experiencia contigo.
¡A crear y compartir!
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¡A crear y compartir!
Para terminar, la última sugerencia fotográfica que te hacemos es que sigas creando y compartiendo tus imágenes, ¡porque la fotografía es también el arte de contar historias!
Fotografiamos el mundo para capturar la belleza que nos rodea, para atrapar el momento, para recordar momentos vividos, para expresar emociones o para explicar historias, para compartirlas.
Puedes crear una narración combinando diferentes imágenes y creando toda una historia. Las imágenes hablan y dialogan entre sí, adquiriendo más significado o transformándolo cuando van agrupadas. Juega a combinarlas para crear conjuntos fotográficos que las lleven más allá.
En esta ruta has encontrado numerosos rincones especiales para tomar buenas fotografías, pero ten presente que estas se pueden tomar ¡en cualquier sitio! La fotografía tiene más relación con cómo miras las cosas que con las cosas que miras.
Esperamos que hayas disfrutado tomando fotografías durante tu ruta. Si quieres, las puedes compartir en las redes sociales con las etiquetas: #LartdeCaminar
Te animamos a seguir tomando fotografías allá donde vayas, por cualquiera de los caminos que recorras, siempre con los ojos abiertos y con la mirada atenta a cada flor, paisaje, mirada y gesto.



Comparte tu mirada
Despedida
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Despedida
Esperamos que hayas disfrutado de la ruta y del tiempo que te has regalado.
Regresa cuando quieras, siempre que lo necesites. Caminar ayuda a mantener un buen estado de salud, y el parque de Montjuïc es un lugar fantástico para hacerlo: una montaña llena de jardines y de arte.
Sobre las sensaciones que has tenido hoy puedes escribir unas líneas, hacer un dibujo o enmarcar algunas de las fotografías que has tomado o compartirlas con la comunidad a través de las redes sociales con la etiqueta #lArtdeCaminar. Seguro que la ruta te ha inspirado para crear, pensar o imaginar.
“El arte de caminar” es precisamente eso, saber disfrutar del momento presente allá donde te lleven los pasos, sea donde sea, observar con atención plena el mundo que te rodea y formar parte de ello. Y convertir al arte en un increíble compañero de viaje por los distintos caminos de la vida.
Y recuerda que, reivindicando al poeta Antonio Machado, en el fondo no hay caminos, sino que se hace camino al andar.
Saboreando la experiencia: después de la ruta
Acerca del MNAC
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Acerca del MNAC
En el Museu Nacional d’Art de Catalunya encontrarás más de mil años de arte, desde el románico hasta nuestros días, y podrás ver la mejor colección de pintura mural románica del mundo y a los artistas más representativos del modernismo catalán, como Gaudí o Casas. Completan el fondo el arte gótico, grandes pintores europeos del Renacimiento y el Barroco (como Tiziano, Velázquez o Canaletto), unas espectaculares galerías centradas en la Guerra Civil, así como una amplísima colección de fotografía.
Además, el MNAC organiza exposiciones temporales de primer nivel durante todo el año, además de una programación de actividades específica para los fines de semana que te invitamos a descubrir.
Credits
El Arte de Caminar es un proyecto del Arts+Health Hub-Lab del Museu Nacional d’Art de Catalunya, en colaboración con el Castell de Montjuïc, el Institut Català de la Salut y la Filmoteca de Catalunya.
Concepto y diseño: Guillem d’Efak Fullana-Ferré, Norma Vélez, Marina Castillón Prat
Guión: Marina Castillón Prat
Textos: Marina Castillón Prat, Guillem d’Efak Fullana-Ferré, Norma Vélez
Nenúfares y Jardines de Joan Brossa: Marta Orriols
Fragmento de Breviario del viejo corredor, editorial Siruela, 2023: Lluís Alabern
Propuestas de salud: CAP Numancia (Institut Català de la Salut):
Yolanda Herreros Herreros (Médico de Familia, CAP Numancia. ICS)
Sandra Martín Miralles (Médico de Familia, CAP Numancia. ICS)
Sandra Escobar Pina (TCAI, CAP Numancia. ICS)
Marta Cardiel Gil (Enfermera de Familia y Comunitaria, CAP Numancia. ICS)
Lidia Chaguaceda Casado (Enfermera de Familia y Comunitaria, CAP Numancia. ICS)
Marta Dacosta Pova (Dietista-Nutricionista, CAP Numancia. ICS)
Mireia García Oliván (Referente de Bienestar Emocional y Comunitario, CAP Numancia. ICS)
Locuciones: Sílvia Bel, Marina Castillón, Mireia García
Fotografías: Marina Castillón Prat
Diseño gráfico: Puig Ventura Àlvarez
Oval: Fito Conesa